Sunday, December 10, 2006

LA PURÍSIMA


Guarda el actual dueño de este bar botellas que ya están ajadas y que en realidad son de cuando aquello era una lechería. Bar y lechería, pero vendían leche en La Purísima. Las botellas de las que hablo están en estantes de cristal en la pared frontal. Si se caen, se le caen encima a Manolo (que es el actual dueño de este bar). Hace esquina y está junto a una heladería de la que ya hablaremos en otro momento. En realidad no se sabe muy bien si es un bar en una esquina o una esquina que tiene un bar. Pero lo importante es que es lo que es. Buen café, buen coñac, buenas tostadas, buena cerveza. Ahora ese bar es así, pero no siempre fue. Yo era un niño y por lo tanto la conocí de lejos, pero la conocí. La Media. Una botella de cererveza que parecía un tonelito y que, efectivamente, tenía medio litro de contenido y por eso se llamaba media y no como ahora que se le llama media a una botella de 33 centilitros (para entendernos un tercio). La que yo recuerdo era de Cruzcampo. También había una tres cuartos de Victoria (ya diremos algo de esta marca más adelante) que era, ya hablo de mi visión lejana, una botella de tres cuartos de litro de cerveza. Como el bar aún sigue abierto, aunque haya cambiado de propietario varias veces y favorablemente de aspecto y salubridad, el turista ocasional puede visitarlo. Es más yo sigo desayunando allí los fines de semana. Una parroquia agradable, un propietario agradable y un lugar placentero, aunque de pocos metros cuadrados, para leer la prensa a primera hora o para tomar una cerveza al mediodía. Las botellas de las estanterías merecen verse tranquilamente y con pasión ya que son arqueología pura de los años sesenta y setenta.

Se me olvidaba. El bar está en la esquina de Juan Valera con Juan Sebastián Elcano.

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